jueves, 23 de diciembre de 2010






POEMA POR LA PAZ
Ayer fui virgen
blanda y mansa
como una nube blanca,
esperanzada y joven
como una novia
en el altar.
Ayer fui fertil,
fuerte,
despojada,
como buena madre parí mis hijos,
llené de razas todos mis rincones.
Y fui canto,
fiesta,
Dios...
rojo sangre en todos los sentires.
Hoy ya vieja,
casi exhausta,
te pido: ¡No me dejes!
¡No me ignores!
¡Cántame esa canción de cuna
que con el viento te cantaba!
¡Muéstrame el azul del cielo,
el verde de los montes...
ahuyenta de mi alma todos los temores!
¡Yo soy la madre tierra!
Ñuke mapu...
pachamama!..
¡No me dejes morir!
Ofréceme un mañana
donde sobreabunde la luz,
el amor y la paz
en toda la raza humana.

jueves, 8 de abril de 2010


A VECES

A veces me asalta la tristeza
Y me duelen los recuerdos,
Me duelen las ausencias
Me duele esta rutina despiadada
Que me margina, sin quererlo.
Me duele este tiempo de agonías,
De cariño no vertido
De ilusiones que mueren
Al paso acelerado de las horas.
Me duele estar sentado aquí
Tratando de escribir las cosas buenas,
Pero me asalta el gesto amargo
De esta soledad multiforme
De las caricias y los besos
Que no te di.
A veces quisiera volar a tus brazos
En un suspiro profundo
Filtrarme por debajo de tus ojos,
Esconderme en tus pensamientos
Permanecer allí
Tan solo por un instante
Y no desfallecer como una sombra
Sobre la silueta plana
De las calles donde se pierden mis pasos.
A veces quisiera
Volcar de un solo golpe
La ternura huérfana
Que llevo entre las manos
Y abrazarme a tus ojos
A todo lo tuyo
Que me hace sentir
Que a pesar de todo
No me encuentro solo.

martes, 23 de marzo de 2010




MI ETERNA COMPAÑIA



De ti recibí la vida,
y me diste un ángel,
me diste sueños,
un rayo de tu luz que fue mi guía.
En mi loca juventud
me olvidé de ti, de cruel manera.
dejando atrás mi corazón de niño,
Alcé mis alas a ciegas.
Fue todo fugaz,
y en un segundo,
dejé atrás la inocencia.
Caí, y una y otra vez.
Rodé con mi corazón herido.
Marché con mi pena a cuestas.
Difuso horizonte,
opacas figuras,
me hicieron creer que estaba vivo,
y trepé la dura colina de la vida
buscando la verdad,
mi identidad perdida.
¡Tu me diste la fuerza,
la fe que necesité
cuando sentí que el mundo me vencía!
¡Tu eres la verdad, el camino y la vida!
¡Tu eres Dios,
mi rey, mi Señor!...
y de ahora en adelante,
mi eterna compañía.